Thursday, June 25, 2009

La recesión mató mi vida sentimental... y a unos cuantos 'novios'

Creo que Hans** fue uno de esos muertos. O al menos es la única razón que encuentro para su repentina desaparición del mundo de los mensajes de texto, correos electrónicos y llamadas telefónicas con un código de área de esos sofisticados (léase Europa).

Todo marchaba muy bien, incluso habíamos logrado pasar la barrera de las cinco citas sin que se hubiera perdido el interés, al menos de mi parte, lastimosamente tengo la atención de un niño de 3 años.

Si. Un niño.

Volviendo al tema, yo tenía de antemano ciertos datos: tenía 5 años menos que yo, casi que recién se había graduado de la universidad y se encontraba en una compañía de postproducción. Como ya supondrán, el chico en cuestión decidió seguir una muy noble carrera en las artes fílmicas.

Traducido en términos prácticos, estaba o está en una carrera que no deja mucho dinero a menos que tengas muchos años a cuestas o si tu apellido es Coppola.

Y ni siquiera.

Él sabía que yo era mayor que él, que vivía sola, que tenía un trabajo estable y que siempre o la mayoría de las veces, yo pagaba las cuentas. No porque me sobrara el dinero, pero porque en aquel entonces no tenía ningún problema en compartir. Al final, no era la primera vez que lo hacía.

Hans, se mostraba contento, con ganas de seguir frecuentándonos. Al menos hasta que volvió de Alemania tras el verano, sin dinero y sin prospectos de trabajo, pues hubo despidos en su compañía y se acenruaron los rumores que él podía salir de la empresa también. A su regreso, no hubo llamadas, no hubo correos. Silencio absoluto.

¿Habrá llegado con una novia de Alemania? o de plano fue muy considerado y pensó que quizás mi dinerito me serviría más a mi para ¿pagar mis cuestiones?

Entre que nos veíamos y no, me dijo que se estaba mudando, que no tenía teléfono, que un perro no lo había dejado dormir, que tenía dos amigos sin techo a los que les brindó su casa mientras pasaban el mal paso.

Le creo.

Pero lastimosamente y en esta ciudad el tema del dinero que es dolorosamente presente a toda hora... la falta de él produce autoeliminación del juego de las citas.

Al sonido de ¡KABOOM! borramos el teléfono y bloqueamos correo electrónico.

Los nombres han sido cambiados. No pregunten porqué.